El discurso es una exposición oral sobre un tema, una visión o una conclusión manifestada en actos oficiales y con público, todo con la finalidad de informar y convencer. Este tipo de narración está ligada con la comunicación escrita al redactar un texto para que después lo lea una persona, también puede suceder que sea espontáneo aunque en menor medida.
El discurso tiene distintos objetivos:
- ofrecer una información determinada sobre un tema
- brindar argumentos sobre una cuestión
- rememorar un acontecimiento muy importante
- tratar de persuadir al público que escucha
¿Quieres averiguar cuáles son las características del discurso? Para eso no dudes en seguir leyendo este artículo.
La universalidad del discurso
La alocución tiene que ser entendida por el público y eso significa que tiene un carácter universal. Por lo tanto, la redacción del discurso tiene que estar pensado para el target al que va dirigido ya que es fundamental cautivar a los demás.
La especialización del discurso
El discurso puede ser especializado o no, todo depende del receptor, quien puede estar más o menos informado y preparado.
Un ejemplo muy claro es que una conferencia de un científico seguramente tenga un texto especializado, mientras que la lectora de una noticia no tiene porque serlo.
La claridad del discurso
La claridad es una de las características más importantes para realizar un buen discurso. Las oraciones tienen que ser claras y no pueden llevar a confusión alguna al ser fundamental que el público capte el mensaje. Por lo tanto, el autor de la alocución tiene que buscar las palabras exactas para no convertirlo en un texto ineficaz.
El discurso tiene que ser interesante
La alocución debe de transmitirse con cierto interés para que el receptor se encuentre en un estado de motivación y escuche con total atención. Para ofrecer un discurso interesante es idóneo citar ejemplos, chistes e historias, siempre y cuando no sea demasiado banal, un aspecto a tener en cuenta para a atraer a cualquiera.
La precisión del discurso
El discurso puede ser más preciso o menos dependiendo el tema y el público, esto hace que se centre más o menos en la temática que están buscando. Esto hace que en una alocución precisa se manifiesten de forma más evidente los cometidos, mientras que lo que ocurre en un discurso con menos precisión es que el texto es menos acertado e intenta dispersarse.
Garantizar la participación del público
Conseguir un buen discurso que no aburra al público es muy difícil, entonces para que eso suceda es ideal que la gente pueda participar, lo que asegura que exista una escucha activa.
Si no se tiene en cuenta esta característica la alocución pierde su ventaja y la gente comienza a evadirse totalmente.
La verificación del discurso
Todos los discursos no tienen porque ser verificables.
- Religioso y estético: no se puede comprobar si lo que manifiestan es verdad o no.
- Científico y educativo: si se pueden comprobar y se caracterizan por ser capaces de convencer mediante ciertos métodos.