La entrevista es una conversación que se da entre dos o más personas, siendo uno el entrevistador, quien necesita conseguir cierta información sobre un tema, y siendo el otro el entrevistado, el cual puede ofrecerle esa información. El entrevistador plantea varias preguntas o temas al entrevistado para que este comente o argumente su propia opinión u ofrezca un testimonio sobre un hecho en concreto.
En general, la entrevista es un intercambio de opiniones o ideas a través de una conversación que tiene diferentes características que la definen.
Entrevistador y entrevistado
El rol que tiene el entrevistador es el de dirigir el intercambio de información eficaz pero prudente, y a partir de una selección de preguntas, llegar a las zonas más interesantes. Mientras, el entrevistado se enfrenta a lo que el entrevistador ha planificado, por lo tanto, su implicación es natural y espontánea.
Preparación
Es fundamental ir a una entrevista con una correcta preparación, como llevar un equipo de grabación sencillo, los informes que consienten la realización de la entrevista y tener conocimiento del tema a tratar y de la vida personal y profesional del entrevistado.
Burbuja
Tiene que fluir un comportamiento amistoso para que el entrevistado esté cómodo y así pueda hablar mejor. Por eso, la entrevista tiene que empezar con una presentación y no de forma brusca con cuestiones incómodas, y a posteriori avisar de que se va a comenzar con la primera pregunta y comentar si está preparado para ello. A este clima de seguridad y relajación que se crea en la entrevista se le denomina burbuja.
Ubicación
Es imprescindible encontrar una localización adecuada donde realizar la entrevista, teniendo en cuenta ruidos exteriores, iluminación y muy importante, un lugar donde el entrevistado se sienta cómodo.
Preguntas
Al realizar las preguntas de la entrevista es fundamental comprobar si son abiertas, es decir, que haya una cierta libertad para que el entrevistado conteste, sin la necesidad de obtener por respuesta un “si” o un “no”.
Técnica del silencio
El entrevistado tiene que responder sin límite, y para ello hay que dejar todo el tiempo necesario entre una pregunta y otra. El silencio ayuda a que la entrevista se desarrolle de mejor manera, y también a que el entrevistador lo rompa con oraciones repentinas.
Lenguaje
El lenguaje debe ser claro para que las variadas cuestiones se entiendan de forma sencilla, y para eso, las preguntas deben ser breves, sin la necesidad de dar razones personales. Puede que se necesite repetir alguna pregunta porque al entrevistado no le ha quedado claro y el entrevistador debe asegurarse de que la comprenda.
No correjir
Si el entrevistado emplea un lenguaje inadecuado, o los datos históricos son erróneos, o si se contradice en distintas preguntas, el entrevistador jamás debe corregir esos fallos, ya que puede dañar el ritmo de la conversación y romper el vínculo que se ha creado entre los participantes.