La monarquía centralizada surgió a mediados del siglo XV por el interés común entre los reyes y los burgueses, quienes tenían como objetivo principal brindar a los monarcas un poder político que fuese superior al de los propietarios de las tierras para así lograr algún beneficio de ello. Además, hay que tener en cuentas que la aparición de este tipo de monarquía se precipitó a causa de las diversas guerras, en las cuales los señores feudales sufrieron mucho.
Esta monarquía organizó un cuerpo de funcionarios para que los ciudadanos cumpliesen con las leyes, además de implantar la justicia, elevarse por sobre los señores feudales, cobrar los impuestos en nombre de los monarcas, grabar las monedas y acoger escudos y banderas, entre otras cosas.