La sociedad inclusiva hace referencia a que todas las personas tienen los mismos derechos por el mero hecho de ser seres humanos, por lo que cuando una sociedad no reconoce el valor de otros integrantes se daña la base de la dignidad e incrementa la desigualdad y la injusticia. Por lo que podemos decir que ser inclusivo significa dejar de ver las cosas por debajo del tópico “normal/anormal”, con la oportunidad de tomar y participar en decisiones sin tener en cuenta sus características, discapacidad, raza o género, por ejemplo.
Una de las razones para conseguir una sociedad inclusiva es el avance, el progreso y el crecimiento de la nación a causa de su involucración en todas y cada una de las personas en diversos ámbitos como puede ser el político, el cultural, el social y el educativo.
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La diversidad: una fuente de talento
La diversidad es una de las características más destacadas para una sociedad sana y madura, por lo que es esencial crear ciertos mecanismos que son necesarios para la defensa de los derechos humanos porque, en caso contrario, iríamos hacia la discriminación. Una sociedad inclusiva se tiene que amoldar a los distintos individuos, además de centrarse en brindar las mismas oportunidades de desarrollo y de bienestar.
La sociedad inclusiva se percibe como una oportunidad para la igualdad, teniendo distintos tipos:
- Cultural: la multiplicidad de formas en las que se expresan las culturas que se relacionan dentro de un espacio geográfico determinado. Además, actúa como un principio de tolerancia entre valores, etnias, cosmovisiones, religiones y lenguas.
- Sexual: todas las posibilidades que tienen las personas de manifestar y vivir la sexualidad (homosexual, bisexual, transexual…), teniendo que ser respetados por toda la sociedad.
- Funcional: la visión positiva de la discapacidad motora o intelectual con la finalidad de sustituir términos como “incapacitado” y acabar con la discriminación y la exclusión.
Educación inclusiva: una parte esencial
La educación inclusiva se trata de una estrategia para brindar facilidades en el aprendizaje, haciendo referencia a logros en común para disminuir y superar cualquier tipo de exclusión desde el punto de vista de los derechos humanos.
La UNESCO define la educación inclusiva como: “La inclusión se ve como el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y modificaciones en contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los niño/as del rango de edad apropiado y la convicción de que es la responsabilidad del sistema regular, educar a todos los niño/as”.
Esto quiere decir que todos y cada uno de los niños tiene las características, las capacidades y las necesidades de aprendizaje diferentes entre sí, por lo que los sistemas y programas educativos deben estar orientados a ellos. Además, se centra en buscar respuestas a todo tipo de necesidades educativas en ámbitos pedagógicos a nivel escolar y extraescolar.