¿Qué son los fósiles? Se tratan de los restos o vestigios de seres vivos que vivieron en el planeta Tierra en épocas anteriores, siendo lo más habitual la conservación de los mismos en las rocas sedimentarias, en el ámbar y en el hielo. En la mayoría de los casos, no se encuentran los fósiles de los seres vivos al completo, más bien en esqueletos, cuernos, dientes, huellas u hojas.
Los fósiles pueden ser de 2 tipos:
- Macrofósiles: también conocidos como megafósiles, son los que tienen un tamaño grande, por ejemplo, el dinosaurio.
- Microfósiles: son los que se pueden estudiar a través de la lupa o con el microscopio óptico o electrónico de barrido.
A continuación te informamos acerca de las características más destacadas de los fósiles.
Características generales
- Pertenecen a una etapa geológica anterior y mínimo con una antigüedad de 11 mil años, entonces si tienen menos se conocen como sub fósiles.
- Se forman en zonas sedimentarias, ya que en el proceso en el que los sedimentos se depositan en zonas de las rocas se da la fosilización.
- Las partes más gruesas, por ejemplo, los dientes y los huesos, se conservan mucho mejor a largo plazo.
- Los hay de distintos animales, pero los más habituales son los que tienen esqueleto óseo, huesos internos o cartilaginoso al poder superar la descomposición.
Distintos tipos de fósiles y sus características
Icnitas: las huellas del pasado
Son los más conocidos por los paleontólogos y destacan las huellas de dinosaurios y trilobites. Estas se pueden conservar al aire libre, por eso son uno de los mayores atractivos turísticos.
Macrofósiles: esqueletos convertidos en piedra
Son los que se ven a simple vista, por lo que en este caso englobamos a los esqueletos y las conchas mineralizadas, por ejemplo, restos de peces antiguos y restos de las primeras aves o mamíferos. Algunos de estos se pueden conservar fácilmente, lo que conlleva a que haya restos de huesos de seres completos.
Pseudofósiles: restos químicos de vidas pasadas
Se conocen como formaciones en las rocas que parecen restos de seres vivos, pero que realmente se han producido por procesos geológicos. Un ejemplo de ello son las dendritas de pirolusita, que en la paleontología a menudo se confunden con restos fósiles.
Fósiles vivientes: sobrevivientes de épocas pasadas
No se consideran restos fósiles como tal, pero es importante hablar de ellos para comprender la historia evolutiva. Estos son cucarachas, iguanas, cocodrilos, escorpiones y ornitorrincos, de los cuales hay registros fósiles de épocas muy antiguas.
Múltiples aplicaciones
Todos y cada uno de los fósiles son útiles para el análisis y el estudio de las estructuras geológicas producidas por deformaciones de la superficie terrestre.
Estos también tienen otro uso y es el de saber la fecha de las rocas sedimentarias, sobre todo aquellas especies que están muy distribuidas por el planeta Tierra y que poseen una vida a corto plazo, véase las amonitas. Por último, los fósiles son buenos indicadores del paleoambientales, por lo que sirven para conocer la variabilidad natural del clima y reconstruir múltiples ecosistemas y condiciones.