La literatura contemporánea comprende los estilos literarios empleados a partir del siglo XIX hasta hoy en día, cuyo origen se asigna a los acontecimientos de la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. La particularidad más destacada es el encontrarse continuamente en renovación, ya que es una etapa llena de cambios culturales, políticos y sociales, y por eso estos tres ejes y sus cambios son lo que refleja la literatura contemporánea.
La literatura quiere que la vehemencia de los autores quede al descubierto, destacando las diferencias sociales y los efectos de la prosperidad y de la modernidad. Los autores de este estilo literario tienen preferencia por algunas temáticas que enseñan la realidad de manera objetiva y denuncian algunas cuestiones de desigualdad social.
La finalidad de la literatura contemporánea es quebrar los modelos o conceptos estéticos previos como son el barroco, el neoclásico y el renacentista. Se crean nuevas expresiones como el manga o el cómic, además de que interviene en los medios de comunicación.
Los autores más relevantes de la literatura contemporánea son Blas de Otero, Jorge Luis Borges, Isabel Allende o Duarte Camilo Cela, entre otros.
Los factores que caracterizan a la literatura contemporánea son:
Temática
Los primeros temas sobre los que habla son la soledad, la alineación del hombre, la angustia por las transformaciones sociales del siglo XIX y de inicios del XX, y la búsqueda de la identidad del ser humano que se ha perdido. En la mitad del siglo XX, las corrientes de la cromoterapia, la sociología y la psicología intentan asistir a la búsqueda del hombre, adquiriendo el cuerpo un mayor protagonismo, además se interesa por expresar un lugar utópico o fantástico, solidario y amistoso.
Géneros
Con las nuevas tecnologías y el apogeo industrial, se crean nuevas clases sociales y se presenta la cultura popular como una manifestación literaria de las que nacen los géneros de la ciencia ficción, el misterio o la fantasía, los cuales siguen aún vigentes hoy en día.
Restricciones de la realidad
Las obras contemporáneas o modernas juguetean con la frontera entre la realidad y la fantasía o la ficción, y de esta forma se puede viajar a dos escenarios o mundos totalmente diferentes que oscilan entre lo equivalente y lo contrario.
Apreciación del tiempo y tiempos verbales
La cronología no se da de forma lineal, los relatos se pueden empezar por el final y más tarde escribir el principio, o también se pueden comenzar por la mitad de la historia, dar datos del inicio y terminar por el final. Los saltos en el tiempo, ya sea de visiones al futuro o retornos al presente o rememoraciones, hace que se usen distintos tiempos verbales.
Narrador
No hay una sola voz, en este caso, la del narrador que lo sabe, lo conoce y lo comprende todo, si no que también hay historias en primera persona donde se recupera la relación afín con el leyente, disminuyendo la abertura entre ambos. Esto hace ver que no hay solo un punto de vista, si no que dependiendo cuántos narradores haya, habrá determinados puntos de vista.