El Imperio persa hace referencia a una agrupación de dinastías imperiales, entre el 558 y el 331 a.C, de la región de Persia, lo que en la actualidad es Irán, que se encuentra situada en el Sur de Asia.. Este imperio se formó gracias al vínculo formado por los pueblos medos y persas, siendo su mayor impulsor a nivel económico y territorial el tercer rey de la dinastía aqueménida de Persia llamado Darío I.
Los persas consiguieron extenderse hasta Occidente, donde la civilización de la Antigua Grecia consiguió frenarlos en algunas de las batallas más conocidas en la historia de la humanidad.
¿Quieres conocer más acerca del Imperio persa? ¡A continuación te informamos acerca de sus características!
La sociedad persa
- Rey: casi no aparecía en público y vivía en la capital, en Persépolis, aunque algunos optaban por ir a la guerra-
- Familia real: muy extensa porque de cada provincia debían enviar a la joven más hermosa para entregarla al rey.
- Nobles: las familias con más poder solían ser miembros de la corte y sus hijos podían estudiar junto a los príncipes.
- Soldados: protegían las fronteras del reino cuando querían invadirlo, además sofocaban algunas rebeliones que se formaban en el interior.
- Plebe: los campesinos y los artesanos que trabajaban y pagaban impuestos.
- Esclavos: provenían de las guerras o de las campañas de castigos al revelarse contra la mayor autoridad.
La economía persa
Los habitantes del Imperio persa tenían como labor principal cuidar a los animales y cultivar la tierra fértil de los valles. La mayor parte de la meseta iraní tenía un clima desértico, que se caracteriza por la aridez y la regularidad de las precipitaciones, por lo que muchas de las conquistas se realizaban para encontrar mejores tierras.
Es cierto que bastantes pueblos con terrenos conquistados por los persas lo vieron bien porque pudieron establecer nexos comerciales, por ejemplo, con Europa y con África. Por esto, el comercio fue una de las actividades más relevantes, lo que llevó a la mejora y la ampliación de los caminos para intercambiar productos de una forma mucho más eficiente.
La religión persa
Para el Imperio persa, el mazdeísmo fue de especial relevancia, la cual se basó en la existencia de divinos en una lucha constante; por un lado, el bueno conocido como creador del universo y, por otro lado, el malo o destructor. Esto se concentraba en el Avesta, una colección de textos sagrados con las leyes de purificación y de protección mágica con anotaciones de su especial idea dualista del mundo.
El ejército persa
El ejército persa estaba formado por caballeros, arqueros, infantes y una gran flota naviera.
Todos estos individuos que formaban el ejército tenían como fuerte la puntería y la destreza, lo que llevó al ejército a consolidarse como uno de los más fuertes y numerosos de aquella época.
Dentro del mismo, uno de los grupos más relevantes se conocía como los inmortales, conformado por un regimiento de infantería de 10.000 hombres que protegían a la familia real.
