Características de la monarquía absoluta

La monarquía absoluta se consideró un modelo político donde el poder lo tenía una única persona que era el rey y donde era inviable una división de poderes. El motivo de que el monarca tuviese los tres poderes fue porque la monarquía absoluta se figuraba como una idea donde Dios era quien le daba un valor de legitimidad al rey.

Entre los siglo XVI y XVIII, muchos países europeos tenían un sistema de gobierno de monarquía absoluta como España, Francia o Inglaterra aunque se fue debilitando una vez que comenzó la Revolución Francesa, además de que se añadieron valores democráticos.

La monarquía absoluta fue un modelo político muy importante y a continuación se van a recordar sus características más llamativas.

La monarquía absoluta reinó entre los siglo XVI y XVIII en el continente europeo

Autoridad máxima

La autoridad máxima de la monarquía absoluta era el rey, el cual tenía todo el poder y todos los organismos estaban bajo su mandato. La forma de llegar al poder no ha cambiado a lo largo de la historia, se realiza mediante la herencia, esto quiere decir que una vez que el padre fallece o se retira por una enfermedad, el hijo mayor es quien coge las riendas.

Sociedad estamental

En aquella época donde reinaba la monarquía absoluta, la sociedad estaba dividida por estamentos:

  • Nobleza y clero: tenían ciertos privilegios que el resto de la sociedad no podía disfrutar, hecho que causaba algún resquicio con los demás.
  • Burgueses y proletariado: trabajaban y parte de sus ganancias iban destinadas a la corona real a través de gravámenes.

Control político

El rey era la persona que reunía todos los poderes logrando el poder absoluto, entonces podía determinar, modificar o eliminar distintas leyes y dictámenes, además de juzgar y establecer impuestos, todo esto con la ayuda de un grupo de asesores.

Control militar

El rey tenía el control sobre el ejército y estos se encargaban de mantener el orden implantado por el monarca. Más detenidamente, eran cuerpos militares que estaban bajo el mando del rey, y se centraban en controlar a los siervos y en las divisorias del país para que fuese un lugar soberano.

El rey en el arte y la propaganda

El rey era una persona que tenía mucho poder y los ciudadanos lo tenían en la cima, por eso su imagen era exaltada de forma muy amplia en distintos medios.

Por un lado, se utilizaba la propaganda como divulgación de mensajes para sostener el equilibrio monárquico, y por otro lado, las personas dedicadas al arte utilizaban sus obras para dibujar a la monarquía, además de realizar esculturas con su persona.

Palacios amplios y lujosos

Los monarcas absolutistas vivían en palacios o castillos donde destacaban la amplitud y el lujo del inmobiliario, creando así una injusticia social ya que el resto de la población estaba viviendo una situación económica bastante pobre. Uno de los más destacados fue el palacio de Versalles del rey Luis XVI o ‘Rey del Sol’, situado a las a fueras de la capital Francesa, un lugar que resaltaba por el brillo y la excentricidad.

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