El término campo aparece en varios ámbitos expresando distintas cuestiones, y en este caso nos centramos en la superficie terrestre poco ocupada por núcleos de población y destinada a la agricultura para cultivar, sembrar o pastorear. Antiguamente, esta era una de las formas de los ciudadanos de convivir y crear una sociedad, una situación que hoy en día se mantiene vigente aunque con la llegada de la tecnología algunos procesos rústicos se han acelerado.
Las características de no haber edificaciones grandes, estar alejado de la metrópoli y tener un espacio inmenso lleno de naturaleza para distintas actividades hace que el concepto de campo se use como antónimo de ciudad o centro urbano.
Si tienes interés por descubrir las características del campo, no dudes en seguir leyendo.
Población más reducida
En el campo, la densidad de población es muy baja, sobre todo hoy en día a causa de diversos procesos de mecanización y automatización agropecuaria, lo que permite que las personas tengan terrenos muy extensos. Por lo tanto, en el campo hay un número mucho menor de habitantes que en la ciudad y viven de una manera más dispersa.
Abunda lo verde y natural
Una de las características más destacadas del campo es que no hay necesidad de sacrificar lo verde y lo natural para construir viviendas, escuelas, oficinas y/o comercios. Esto conlleva a que predomine el paisaje natural y que se use tanto para el cultivo como para la producción forestal.
Hay poca contaminación
Hoy en día, la contaminación es uno de los temas que está a la orden del día en la mayoría de las ciudades. Es importante resaltar que en el campo no es tan habitual moverse en coche particular o en transporte público porque las distancias son mínimas, por lo que hay muy poca contaminación acústica y ambiental. Muchas de las personas optan por moverse en bicicleta, en caballo o a pie, lo que ayuda a obtener un nivel reducido de emisiones de dióxido de carbono.
Vivir mucho más relajado
En muchas ocasiones, las personas suelen escapar del ajetreo de la ciudad para descansar unos días en el campo y disfrutar de la naturaleza. Por lo tanto, las personas que viven ahí suelen encontrar la paz mental más fácilmente y, normalmente, se reduce la ansiedad y el estrés, además de encontrar otros valores. También cabe señalar que en su día a día mantienen relación con un circulo social reducido y más cercano, lo que fortalece dicha unión.
Mayor contacto con los animales
Lo más habitual en el campo es la interacción que tienen las personas con los animales en un ambiente natural.
No solo estamos hablando de animales domésticos como el perro o el gato, también las ovejas, los conejos, las vacas, las gallinas o los caballos, siendo estos últimos los que se usan como elemento de transporte o para la práctica de deportes ecuestres. Sus dueños se dedican día a día a interaccionar con ellos para que sean felices y sientan esa cercanía y protección.
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