El nacionalsocialismo fue un sistema de dominación totalmente déspota que estaba fundamentado por un monopolio de la representación política por un partido llamado NSDAP que estaba estructurado de forma jerárquica y tenía una ideología fascista. Esto conllevó a tener ideas como el elogio a lo relacionado con la nación, la subestimación del individualismo liberal, la pureza racial por encima de todo y de todos y el rechazo al semetismo y marxismo.
Uno de los objetivos más destacados de este sistema fue la necesidad de la expansión imperialista con lo que forjaron una estrategia para poder conquistar las tierras que eran consideradas inferiores.