La monarquía española es una organización política del Gobierno y del Estado en España que se consolidó tras el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón y que aún sigue vigente, teniendo en cuenta que fue interrumpida en la Primera y Segunda República y parte del régimen franquista. Cabe decir que la historia política e institucional de España, al igual que otros países de Europa, está muy vinculada a su monarquía y sus reyes.
Algunos de los datos más curiosos de la monarquía española son los siguientes:
- La media de vida de los reyes está en torno a los 52/53.
- La media de reinado ronda entre los 29 y los 30 años.
- El reinado más largo fue el de Felipe V con 45 años, aunque fue en dos periodos distintos.
A continuación te mostramos las características de la monarquía española.
Estado vitalicio
Se considera que el rey tiene un poder divino directo de los dioses, entonces el mandato de la nación está destinado desde que nace hasta que muere, aunque también cabe la posibilidad de que se retire al no poder ejercer su mandato.
Condición hereditaria
A lo largo de la historia se han ido formando dinastías españolas a causa de la condición hereditaria. Esto quiere decir que el rey designa a su primogénito o al familiar más cercano para su reemplazo. Además, para mantener la misma línea familiar en la dinastías, algunos primos u hermanos se casaban y tenían hijos.
La monarquía española es es una de las más tradicionales monarquías europeas aún vigentes
Reino de gran diversidad
Las distintas naciones que vivían en el reino español tenían como único punto de unión la fidelidad al rey, ya que cada una de ellas tenía sus propios hábitos, tradiciones, lenguas y políticas.
Monarquia de larga data
Una de los puntos más relevantes de la monarquía española es que es una de las más antigua de todo el continente europeo, y hoy en día está luchando por ese título con la británica. Desde su comienzo solo se ha visto interrumpida durante tres épocas en las que la revolución fue lo más destacado: Primera República, Segunda República y parte de la etapa franquista.
Monarquía parlamentaria
La monarquía española es parlamentaria, es decir, el poder lo tienen los ciudadanos, ya que son ellos quienes escogen a los representantes del el órgano legislativo, representativo y colegiado de un Estado nacional. De esta manera, el rey solo se encarga de cumplir con la funciones de Jefe de Estado, la autoridad suprema de un país en tierras internacionales y símbolo de unidad nacional.
La fe católica
Fue imprescindible adjudicar a la monarquía española un elemento ideológico que apoyase todo lo relacionado con la unidad: la fe católica.
Este fue el motivo que llevó a crear el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, una institución de los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. Esto produjo que se crease un clima de pavor e intolerancia religiosa en España y en el resto de países que lo apoyaron.