El realismo es un movimiento de la segunda mitad del siglo XIX que supuso una ruptura del romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, y que se basa en la representación de la realidad de un modo mucho más fiel, objetivo y menos ideal para mostrar un retrato fidedigno de la sociedad. No solo se centró en la literatura, también abarcó múltiples artes y corrientes de pensamiento, en los cuáles era esencial manifestar de forma detallada información acerca de los paisajes, las escenas y los propios personajes.
Cabe señalar que el realismo viene a ser como una especie de sucesor de los preceptos de la Ilustración, que es un movimiento intelectual, filosófico y cultural, principalmente europeo, durante el siglo XVIII, por lo que se centra en la razón y el pensamiento para regir los pasos de las personas y el valor último de la condición humana.
¿Quieres saber cuáles son las características del realismo? ¡No dudes en seguir leyendo para conocer más acerca de este movimiento!
Predominio del género novelístico sobre cualquier otro
Los autores del realismo literario rechazan la poesía porque la califican como un género que tiende a centrarse en el idealismo, lo que conlleva a que sea todo lo contrario a lo que ellos manifiestan: el realismo.
A finales del siglo XIX, el género que más predominó era el de la novela, que destacaba por seguir una línea temporal lineal aunque en ocasiones si que hacía uso del flashback o analepsis para presentar antecedentes, recuerdos o pensamientos del pasado. Algunos de los nombres más destacados de aquel momento son Flaubert, Dickens, Benito Pérez Galdós y Dostoyevski, entre otros.
Personajes humildes y marginados
Debido a esta vuelta a la realidad, otra de las características es el uso de personajes más reales, por lo que dejan atrás esa especie de héroe romántico y muestran el día a día de cada uno de ellos. Por esto, los personajes son considerados humildes o pertenecientes a clases sociales mucho más bajas que la burguesa, quienes hablan, se expresa y se comunican con su propia jerga.
Predomina el narrador omnisciente
El realismo opta por un narrador omnisciente al conocer a la perfección el entorno y los personajes, a quienes valora y somete a juicios de valor sobre ellos o los sucesos.
Esto está relacionado con dos factores; por un lado, este tipo de narrador sabe mucho más acerca de ellos y puede indagar y profundizar mucho más y, por otro lado, al ser omnisciente no forma parte de la acción y eso hace que sea mucho más objetivo.
Reacción contra el idealismo
El realismo reacciona contra el idealismo y, en ocasiones, de una forma bastante agresiva. El autor tiene una función social, por lo que tiene que plasmar aquello que ve o, al menos, que puede corroborar. No hay que mostrar un mundo posible donde dar pie a la fantasía, más bien hay que plasmar la realidad tal cual se presenta.